Vuelta a Couch Surfing

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Couchsurfing fue lo que hizo que Laura y yo nos conociéramos. Ha sido lo que ha hecho que viajáramos por medio mundo conociendo culturas locales y personas increibles. Nos ha creado amistades que han durado años y siguen durando y nos ha dado experiencias que difícilmente se podrían conseguir de otra manera. Estábamos tan agradecidos que decidimos dedicar nuestro tiempo a trabajar con ellos tanto en Estados Unidos como durante el viaje. Si bien técnicamente la herramienta (o la web) no era la mejor, era la comunidad la que brindaba todo su potencial. Varios millones de usuarios apasionadamente dedicados a hacerlo realidad. Voluntarios, embajadores, guías, traductores, etc. Sin embargo, como todo, tiene su final.

Muchos nos preguntan: ¿Cómo es que viajáis así a ciegas a casa de gente? o ¿Cómo es que dejáis entrar en vuestra casa a cualquier desconocido? La realidad es que hay todo un sistema donde puedes conocer a una persona bastante por el perfil que tiene. Así puedes elegir a alguien que se adecue más a tu perfil o a tus gustos, y después ir hablando con ellos por email hasta que decidas a ir a su casa (o aceptarle en la tuya). Las referencias de otros viajeros también ayudan mucho y hacen que el sistema sea bastante seguro y eficaz.

Sin embargo hace ya unos años, la compañía se convirtió en “for profit”. Apuntaron a un nuevo director que nunca en su vida había hecho couchsurfing y que nunca llegó a tener el contacto de verdad, e intentaron sacar beneficio de la empresa. Más de ocho millones de usuarios compartiendo experiencias, organizando actividades y colaborando con la comunidad empezaron a sufrir. Los colaboradores de toda la vida que habían dedicado cientos de horas a traducir, moderar y organizar actividades se sentían defraudados y su compromiso empezó a decaer.

A nuestra vuelta a Barcelona decidimos darle otra oportunidad. Ahora tenemos una casa grande y una habitación de invitados, por lo que es el cocktail perfecto para seguir viajando en nuestra propia casa y alojar gente de todo el mundo, que se añadirían a los cientos que ya alojamos antes de salir de viaje. Así que modificamos nuestro perfil y pusimos el estatos como “Maybe” (Quizás), ya que si pones tu perfil como “Si,  quiero alojar” se pueden recibir decenas de peticiones para un solo fin de semana, por lo que de esta manera se puede llegar a filtrar un poco.

El resultado ha sido bastante decepcionante. Por supuesto que antes había “freeloaders” o “jetas”, o incluso gente que lo utilizaba únicamente con fines “sexuales” (Fucksurfing decían algunos), pero no tantos como ahora. Hace años era normal recibir un 20 o 30% de peticiones sin ningún cariño, copiadas y pegadas que ni siquiera se habían mirado tu perfil para ver si podría ser interesante. Simplemente querían una cama gratis. Sin embargo en el periodo que llevamos probando el 97% de las peticiones recibidas (29 de 30) han sido absolutas aberraciones que ni me he molestado en contestar.

Es una técnica habitual en tu perfil, poner pequeñas palabras clave para que la persona lo mencione en su petición.  (Por ejemplo, podéis ver el mío: http://www.couchsurfing.org/people/sergiogh/) Además de escribir sobre lo que te gusta y tus intereses, pides al “surfer” que se lo curre un poco y te diga por qué específicamente le gustaría ir contigo y no solo por la cama gratis. ¿Trabajáis en el mismo entorno? ¿Has viajado por un país que el o ella quiere ir? ¿Tocáis el mismo instrumento? ¿Habláis el mismo dialecto chino? Lo que sea, pero que haya un nexo de unión.  Si esto no existe, puedes asumir que simplemente están buscando una forma gratuita de viajar.

Cuando nosotros viajábamos, hacer couchsurfing podía incluso ser más caro que ir a un hostal o hotel, y de hecho íbamos variándolo según nos apetecía. Es de buen invitado llevar un regalo al anfitrión y tener algunos detalles con ellos. Por ejemplo invitarlos a cenar, o prepararles una comida tradicional (ver nuestra colección de tortillas de patatas por el mundo). Esto en algunos países puede acabar siendo más caro que simplemente pagar un alojamiento.

¿Qué alternativas hay ahora? Exactamente igual, ninguna. De momento estamos probando otras redes de viajeros como bewelcome, pero no tienen la misma comunidad y cantidad de gente, incluso otras opciones como Airbnb (donde además de alojar a viajeros, te pagan). Por nuestra parte seguiremos viajando todo lo posible, de hecho en breve tenemos una escapada planificada donde haremos couchsurfing de forma intensiva. Dentro de la red con cientos de miles de freeloaders todavía es posible encontrar miembros de la vieja escuela, con alguna banderita en el perfil diciendo que fueron voluntarios, que fueron embajadores y organizaron cientos de reuniones, o que de verdad, de la buena, creyeron en un proyecto que está agonizando.

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