Cuando salimos de casa en Septiembre de 2019 poco nos podíamos imaginar que el 2020 llegaría con tantas complejidades, y mucho menos con una pandemia a nivel mundial. Si bien nos hemos ido encontrando con dificultades políticas varias por todo Sudamérica (revuelta en Ecuador por la gasolina, alzamiento en Chile, cierre temporal de fronteras en Bolivia al expulsar a Evo Morales del gobierno, etc), no pensamos en ningún momento que nos fuésemos a encontrar en una situación de cuarentena mundial, encerrados en un país y sin poder salir!
Cuando toda la pandemia del coronavirus empezó en China nos imaginamos que sería como la gripe A de hace unos años. Un gran contagio pero que quedaría dentro de las fronteras asiáticas. Cuando Italia y España empezaron a tener casos, asumimos que las temperaturas y aislamiento de los sitios por donde nos movíamos nos mantendrían alejados del problema. Pero cuando vimos empezar a cerrar fronteras, y ratios de muertos elevados, nos dimos cuenta que la cosa iba en serio y que nos iba a afectar considerablemente. Y tanto que nos ha afectado!!
La desventaja de nuestra situación es que viajamos con dos niñas pequeñas que, como es normal, tienen la tendencia a tocarlo todo. Y aunque las concienciamos de la situación, no es fácil tenerlas restringidas constantemente. Y por otro lado yo soy asmática. Además no tenemos ningún hospital cerca, el más cercano está en Arequipa a 3hs del Valle del Colca, el lugar en dónde nos hemos quedado atrapados.
La ventaja es que nos hemos quedado encerrados solos en un hotelito en pueblito (Chivay) en medio de las montañas, con muy poco contacto exterior, por no decir ninguno, y con 10 personas del hotel que viven en el mismo hotel. Tenemos comida de sobras, jardín, dos piscinas congeladas y animales para distraer a las niñas, además de todo el arsenal de herramientas clásicas: pinturas, cuadernos, libretas, tele, iPad’s, etc.
El miedo: que de alguna manera nos contagiemos Sergio y yo en un país que no tiene la capacidad médica de Europa, y qué pasa con las niñas en este caso, dónde y con quién se quedan. Y por otro lado, el pensar cuándo podremos salir de aquí, si cierran el espacio aéreo, y durante cuanto tiempo. Una cosa es irte de viaje por elección, y otra es no poder volver cuando lo crees conveniente.
La esperanza: parece que Perú cerró fronteras a tiempo (con 71 infectados y 0 muertos a fecha 16 de Marzo, que es cuando se decretó el estado de emergencia con policía, militares y toque de queda nocturno) y ha establecido las medidas de cuarentena adecuadas, ya que aparentemente los casos están controlados.
A 19 de Marzo tenían 155 casos confirmados, de los cuales Lima tenía 119 casos, 14 de ellos hospitalizados y 5 en la UCI. Revisando los números de los días anteriores, han ido subiendo cada día a razón de 28-30 casos, por lo que no está habiendo un crecimiento exponencial, que era el miedo. Y por otro lado, las autoridades sanitarias están habilitando cada uno de los hospitales grandes del país, además de construir uno nuevo en Cuzco, para el caso de que el virus se expanda excesivamente.
Pero más allá de la angustia existencial de los primeros días de estado de emergencia, al pensar que no podríamos salir de aquí en meses, y el miedo de que nos pueda pasar algo a cualquiera de los cuatro, esta situación nos está dando lecciones:
Autocontrol: para no dejar que el pánico nos venza. No es que seamos personas que entran fácilmente en pánico, en realidad somos bastante cerebrales los dos, aunque situaciones como esta a veces te pueden un poco. Pero vemos necesario estar tranquilos y con la mente despierta para ver todas las opciones disponibles, y además mantener a las niñas en calma. Suerte que buscar soluciones ante situaciones de estres siempre fue uno de nuestros puntos fuertes!
Priorización: dónde estamos más seguros y con menos riesgo? Dónde estamos mejor cubiertos desde un punto de vista médico? Qué es lo mejor para nuestra familia? A priori aquí en nuestro hotelito estamos protegidos y seguros, pero dependemos de que Perú sea capaz de controlar el virus y que éste deje de propagarse. Por otro lado, cuándo tendremos oportunidad de salir de aquí, si cierran el espacio aéreo? en 1, 3 ó 6 meses? Éstas son las preguntas que nos hacemos, y por las cuales estamos en contacto con la embajada de España en Perú para ver opciones de repatriación.
No es que nos emocione lo que implica la vuelta: vuelo o bus desde Arequipa hasta Lima con otros españoles varados aquí (si fuera bus planteamos unas 20h de trayecto a Lima). Vuelo desde Lima a Madrid de 13h controlando toses, estornudos y manos de las niñas. Y traslado de Madrid a Barcelona. Todo este traslado implica muchísimas posibilidades de contagio, aún con mascarillas.
Por otro lado cuál es el estado de España a 19 de Marzo? Sobresaturados (casos confirmados de contagios 17.147, más de 800 en la UCI y 767 fallecidos), sin camas ni tratamientos disponibles, sobre todo en Madrid, pero siguiéndole Barcelona de cerca; Médicos y enfermeras cayendo enfermos también… No parece el momento ni el lugar ideal para volver, la verdad!
Entonces cuál es la priorización? creemos que es poder volver a casa medianamente pronto, más que quedarnos varados y sin opciones en Sudamérica, con la potencialidad de que el tema se vaya de madre aquí también, pero con muchos menos medios médicos. La priorización es la salud frente al viaje.
Paciencia: Esta viene siendo la gran lección de esta crisis! Paciencia por estar en Perú y que las cosas no avancen todo lo rápido que uno quisiera; Paciencia con la embajada y consulados, que dan poca información muchas veces contradictoria, pero que están ahi recopilando datos y negociando nuestra salida tanto con las autoridades de Perú como con el Ministerio de Exteriores de España; Paciencia porque vemos que en Europa aún se prioriza la economía frente a la salud, y no se destinan fondos a cubrir necesidades hospitalarias. Paciencia porque la ministra de exteriores un día dice que vengan todos los Españoles lo antes posible ya que se va a cerrar el espacio aéreo, y al día siguiente avisa de que no, que mejor nos quedemos donde estamos ya que no hay suficiente dinero para traernos a todos a casa (parece que somos 65.000 Españoles viajeros y turistas desperdigados por el mundo); Paciencia en nuestro confinamiento y sobrellevarlo lo mejor posible; Paciencia con las niñas, que también se ponen nerviosas. Sobre todo paciencia en general con esta situación, porque va para largo.
Y Adaptación: Tenemos todavía 12 días de estado de emergencia por delante encerrados en nuestro hotel, y toca hacernos con lo que tenemos y sobrevivir lo mejor posible! Toca aprovechar cada oportunidad para abastecernos antes de que impongan toque de queda (hoy mismo ya lo han impuesto, de 20h a 5h) o limitaciones de movimiento por ser extranjeros; Entretener a las niñas con culquier cosa disponible de manera creativa; Cocinar, comer, dormir y lavar en base a lo que tenemos disponible; Responder a la necesidad de quedarnos en casa y no arriesgar, hasta que la embajada nos de respuesta. Y ya que nos tenemos que quedar encerrados, verlo como una oportunidad y aprovechar cada minuto de manera constructiva, para estar y hacer cosas juntos, aprender cosas nuevas, hacer videollamadas con familia y amigos, en el caso de Sergio seguir aprendiendo a tocar el charango, en mi caso seguir tejiendo nuestra “mantita de Sudamérica” y seguir enseñando a Mara a tejer, ver pelis que no habíamos tenido tiempo de ver, o jugar con las alpacas del hotel!
No es una situación óptima, ni de disfrute, estamos constantemente pendientes de notificaciones de email, de whatsapp’s de los grupos de Españoles en Perú y de la familia, de las noticias peruanas y españolas, de la evolución en China (por ver cuál es nuestro futuro), de estudios americanos (entre otros) para ver la evolución del virus en números reales y entenderlo, etc. Pero hacemos lo posible por sobrevivir esta situación bastante única lo mejor posible! Tenemos la certeza de que este virus no nos va a dejar indiferentes, y va a ser todo un aprendizaje tanto para nosotros como para las niñas, ahora y cuando toda esta locura termine.
Todos vamos a tener a alguien conocido que habrá muerto por causa del coronavirus, por causas reales naturales, o por triaje selectivo, ante la impotencia de nuestro personal sanitario de cubrir la avalancha de personas enfermas y darles la atención que esta situación requiere. Y el mundo va a pagar un peaje emocional, tanto de las personas que habrán perdido seres queridos, como de los sanitarios que habrán tenido que trabajar día tras día en estas circunstancias.
Ver la actuación y priorización de Perú, con sus limitaciones económicas y de infraestructura, ante esta situación nos ha abierto bastante los ojos. Claramente han priorizado la salud de su población frente a la economía, han sacado dinero de debajo de las piedras para bonificar a su personal sanitario, pagar subsidios, han parado a la población y el mismo presidente ha aleccionado a sus ciudadanos de los riesgos, y están afrontando esta crisis de manera serena y controlada. Y ver a los diplomáticos británicos gestionar su repatriación ha sido otra lección de cómo hacer bien las cosas.
En resumen, y como dijo Bill Gates en una conferencia TED en 2015 a razón del ébola: nuestro mundo actual no está preparado para una pandemia a escala mundial. Las guerras futuras no serán militares, sino bacterianas y virales. Valdría la pena organizarnos y crear un sistema de cooperación internacional con militares apoyando en la logística, crear más infraesurtcutura hospitalaria y más especialistas dedicados a investigar infecciones y pandemias, para así poder reaccionar en futuras situaciones como la actual.