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Mucha gente en España piensa que estamos en unas vacaciones de muchos, muchos meses. Muchos otros, se preguntan cómo podemos seguir viajando durante tanto tiempo sin arruinarnos, teniendo en cuenta que hemos pasado no solo por países “baratos” sino también por otros más caros (Australia, Nueva Zelanda, o Estados Unidos). Además, tampoco nos cortamos de nada. Hacemos buceo, nos tiramos en paracaidas, disfrutamos de las delicatessen culinarias de cada sitio y no nos conformamos con cualquier cuchitril con cucarachas para dormir.
La respuesta es sencilla, ni estamos en un “gap year”, ni utilizamos nuestros ahorros, ni vivimos de nuestros padres. Trabajamos en el camino. Ahorramos bastante dinero antes de salir, pero ese dinero es un fondo reservado para cuando queramos “volver” a algún sitio y montar una casa o un negocio. Por el resto, ahora mismo tenemos prácticamente el mismo dinero con el que hemos salido. ¿Cómo es esto posible?
Pues con un estilo de vida nómada, donde lo que importa no es solo viajar, sino también mantener un estilo balanceado y ser capaz de mantenerse indefinidamente con este estilo. En otras palabras: ¡Trabajar durante el viaje! Ya hablamos sobre un estilo de vida nómada hace tiempo.
Si tienes paro, mucho dinero, un mecenas, una pensión o inversiones que te reportan un salario mensual, estás de suerte. Pero este no es el caso del que hablamos aquí. Hablamos de viajeros, nómadas, que tienen una nómina generalmente más reducida que en casa, pero que les permite mantenerse de viaje, allá donde quieren y de la forma que quieren. Trabajando lo justo, sin estrés. Lo que algunos llaman “La jornada laboral de 4 horas semanales”, pero sin explotar a nadie ni especular con el trabajo de otros.
Esto puede ser más fácil o más difícil dependiendo de nuestra profesión, y de lo que estemos dispuestos a trabajar. No es apto para vagos o gente con poca motivación o fuerza de voluntad. Profesionales como diseñador gráfico, programador, traductor, escritor, etc… tiene más facilidades para convertirse en nómadas, pero lo que hemos aprendido es que cualquier profesional de cualquier área puede modificar su actividad de forma que la pueda realizar desde cualquier parte del mundo.
El concepto de tiempo cambia bastante. Dado que nosotros estamos viajando sin fecha de vuelta, nos podemos permitir estar en un lugar tanto como queramos, o más bien tanto como el visado nos permita. Y si queremos estar más tiempo siempre podemos hacer un “visa run”, es decir, salir al país vecino y conseguir un nuevo sello de entrada. Al estar más tiempo del habitual para un viajero en un sitio concreto llegamos a conocer mucho mejor a la gente local, pasamos a ser sus vecinos y no sus clientes, cogemos confianza, nos cuentan sus cosas, les contamos las nuestras. Aprendemos, al fin y al cabo.
Las necesidades también cambian. El ordenador portátil irá siempre a la espalda, y disponer de una conexión a internet decente pasa a ser una prioridad en cada sitio. Bien con un pincho 3G, con wifi gratis o con un cable. Aunque esto parezca muy difícil en realidad no lo es. La conectividad es global y es MUY fácil (aunque no muy barato) conectarse desde prácticamente cualquier parte del mundo.
¿Quieres saber más? Dentro de muy poco tendréis publicado un libro que se llamará “Vidas Nómadas” que explica en detalle cómo cambiar tu vida y convertirte en un nómada 2.0. Cómo mantener un viaje balanceado con el estilo de vida que queremos. Mientras tanto, también te podemos ayudar desde Nomadum Consultoría de Viajes.
Para más información contacta con nosotros :)
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