La isla de Pascua, llamada así por que era justo el día de pascua cuando llegaron los primeros Europeos, siempre ha tenido un aura de misterio. ¿Cómo llegaron ahí los Moais y quién los hizo? Sin embargo la razón de su existencia no es en absoluto extraña y un rápido repaso a la isla nos ofrece mucha información de cómo han llegado hasta aquí.
Rapa Nui, o isla grande en el idioma local, ha recibido la atención de cientos de atropólogos y antropólogas de todo el mundo. No en vano es uno de los extremos del triángulo polinésico junto con Hawaii y Nueva Zelanda, y fue en teoría la frontera de la diáspora polinésica. Los historiadores y antropólogos difieren bastante en sus teorías, algunos hablan de 200 años después de Jesucristo, mientras que otros llegan hasta el 1200. Pero el caso es que la leyenda más habitual de cómo se pobló la isla es la de la migración de Hatu Matua:
Hatu Matua era el rey o líder de la tribu polinésica que vivía en la isla de Hiva, en teoría hoy desaparecida por causa de un tsunami. Hato Matua recibió una visión del dios Make-Make en la que le avisaba de la pronta destrucción de su isla, instándole a buscar otro hogar para su pueblo. Otras teorías dicen que en la región de la actual Mataveri (de donde es más probable que viniera el pueblo Rapa Nui) había una guerra de clanes en la que Hatu Matua iba perdiendo y utilizó la historia para provocar la diáspora a su pueblo.
El rey envió a siete exploradores (que seguramente serían siete familias) a buscar otra isla para poblar. Las tribus polinésicas son famosas por sus enormes habilidades como marinos, y después de varias semanas (se calculan unos tres meses), llegaron a Rapa Nui, a la que también llamaron Te Pito o te Henua (el ombligo del mundo). Una vez confirmado que la isla tenía suficiente tamaño y recursos para toda la población y que tenía suficiente tierra fértil, cuatro de ellos volvieron a Hiva para poder guiar a su pueblo en el camino hacia Rapa Nui.
A su llegada a la isla de Pascua, Hatu Matua dividió la isla con su hermana y así poco a poco se crearon las divisiones geográficas de la isla por clanes. Varios años después empezó la etapa Moai donde los Rapa Nui deificaron a sus ancestros con la construcción de grandes estatuas de piedra. Éstas empezaron siendo menos elaboradas y pequeñas, de metro y medio aproximadamente, pero poco a poco fueron mejorando la técnica y aumentando su tamaño. Los Moai representaban ancestros masculinos difuntos, normalmente de la nobleza, y que tenían vida gracias al maná que representaban. Los Moai miraban siempre desde su Ahu a la aldea o centro ceremonial, todos excepto los siete exploradores, que miran hacia su isla natal Hiva.
Poco a poco la técnica de los Moais se fue perfeccionando hasta hacerlos del tamaño que podemos ver hoy en la cantera (Ranu Raraku) o en el sitio más famoso con los 15 Moais en línea (Ahu Tongariki), de hasta 18 metros en algunos casos. Eran necesarias decenas de personas y muchos meses de trabajo para el tallado del Moai y posterior traslado al Ahu, en algunos casos a más de 6 kilómetros.
Los recursos necesarios para esta labor eran tremendos, y junto con el crecimiento de la población, se inició una etapa donde las peleas entre clanes eran habituales, y la comida y recursos eran escasos. Las guerras entre clanes empezaron a sacudir la isla. En esta época los primeros exploradores europeos ya habían pasado varias veces, y informes entre visitas indican que Moais que estaban erguidos, en posteriores años se habían visto tumbados. Los clanes, además de robar o matar al ganado, tiraban al suelo los Moais con el fin de destruir el Mana de la tribu enemiga. Este proceso llevó a la etapa post-Moai donde el Ariki (el rey de la isla) inició la tradición del ritual del hombre pájaro.
El hombre pájaro era una representación del dios todopoderoso Make-Make, y en Orongo junto a uno de los volcanes de la isla, 14 guerreros debían realizar una prueba física donde el ganador convertiría al jefe de su clan en el nuevo governante de la isla. Para ello debían nadar hasta el islote de Motu Nui, aproximadamente a un kilómetro de distáncia, una vez ahí escalar sus escarpados acantilados y finalmente encontrar el huevo de un ave endémica de la isla. Una vez encontrado el huevo volverían nadando para entregarselo a su jefe, quién y se lo rompería en la cabeza para convertirse en el nuevo hombre pájaro, el líder político de la isla durante 1 año.
Esta ceremonia duró varios siglos hasta que la influencia colonial llegó a la isla. Para entonces las guerras tribales hacían mella en todos los pobladores locales y de ésto se hicieron eco los exploradores. A finales del 1700, los barcos de esclavos provenientes de Perú encontraron en Rapa Nui un nuevo lugar para secuestrar mano de obra, y de ahí se llevaron a gran parte de los hombres adultos. Algunos de estos esclavos y de los pobladores que emigraron de la isla, volvieron varios años después, trayendo con ellos enfermedades como la malaria, el tifus o la lepra. Todos estos factores combinados hicieron que la población diezmara hasta 111 Rapa Nui, de los cuales son desdendencia todos los Rapa Nui locales en la actualidad (aproximadamente 4000 de los 7000 habitantes de la isla).
El último siglo es más conocido. Chile anexionó la isla de Rapa Nui como parte de la municipalidad de Valparaiso, y unos años después garantizó la nacionalidad chilena a todos los isleños. Durante la dictadura de Augusto Pinochet la isla pasó por un estado de excepción hasta que finalmente hacia mediados del siglo pasado, y después de muchas visitas de historiadores y antropólogos, se empezó a abrir al turismo, no sin antes expropiar o malcomprar terrenos que aún hoy siguen en disputa. El turismo es el sector representante del 98% de los ingresos de la isla.
Hoy la isla vive tiempos mejores que en sus épocas anteriores. Los hijos de los Rapa Nui pueden estudiar e ir a la Universidad en Santiago, gozan de ingresos gracias al turismo, y pueden proteger su isla como parque nacional. El mayor peligro es la sostenibilidad de la misma. El vertedero apenas tiene capacidad para más basura, y la pesca ha disminuido drásticamente en las últimas décadas. Asímismo, Pascua es testigo directo del cambio climático, de ser una isla con lluvias constantes y clima subtropical Pacífico, donde la gente podía dormir todo el año a la intemperie, a tener épocas de sequía e inviernos fríos.
En definitiva, la Isla de Pascua, o mejor dicho Rapa Nui, es un gran destino para completar la historia de las migraciones polinésicas, aprender más sobre una cultura que consiguió sin casi herramientas construir tremendas esculturas gigantescas, y sobrevivir situaciones tremendamente adversas.
Hermosa investigación, estudio y escrito!! Gracias amigo!! Leerte es otra forma de viajar en el tiempo!!!