La verdad es que esta ruta nunca fue propiamente planificada, nosotros veníamos con la idea de bajar a Tierra de Fuego via la carretera Austral chilena, y subir por la ruta nr.3 Argentina, que es la de la costa Atlántica. Si que es cierto que yo le decía a Sergio que quería cruzar de alguna manera la Pampa, quería visitar algún pueblo de la estepa, pero no sabía bien bien si eso coincidía con la provincia argentina La Pampa (posiblemente si, ¿no?), o dónde se encontraba exactamente la idea que yo tenía.
Pero como todo en la vida, a veces los planes no salen exactamente como uno los había imaginado, y por razones variadas, principalmente de tiempo, pensamos en el último momento que el cruce a Chile y el recorrido por la carretera (100% de grava) Austral no tenía sentido en los pocos días que teníamos para llegar a El Calafate, y es así como decidimos bajar a Tierra de Fuego directamente por Argentina siguiendo la ruta 40. Y rápidamente empezamos a planificar…
…y nos dimos cuenta de varias cosas, una de ellas las largas distancias entre poblaciones, otra las pocas gasolineras disponibles, las cuales no garantizan tener gasolina disponible porque a veces el camión con la gasolina no llega, o se retrasa, etc. Cuando fuimos a ver las posibilidades de alojamiento, que son contadas, empezamos a darnos cuenta de lo que significaba esta aventura patagónica!
Planteamos la ruta en 7 etapas, desde El Bolsón en la región de los lagos argentina, hasta Punta Arenas, en Chile:
- Bolsón – Estancia Jose Guen Guel en Rio Mayo (552km – 6:10h)
- Rio Mayo- Estancia La Angostura (445km – 5h)
- La Angostura – La Leona (251km -4:30h)
- La Leona – Nibepo Aike (162km – 2:45h)
- Nibepo Aike – El Calafate / Glaciar Perito Moreno (55km – 1:30h)
- El Calafate – Parque Nacional Torres del Paine / Chile (212km – 2:45h)
- Parque Nacional Torres del Paine – Punta Arenas (302km – 3:30h)
Y comenzó la aventura!
Las carreteras son de un carril en cada sentido, en su mayor parte asfaltada, pero sin mantener, lo que significa que están llenas de baches y badenes. La velocidad máxima es de 110, pero la realidad es que es dificil superar los 100km/h debido a los agujeros en la carretera. Las carreteras provinciales son de grava, que aquí llaman ripio, y la conducción por ellas es lenta, si están en mal estado la máxima es 20km/h, si están bien mantenidas se puede llegar a 60-80km/h.
Los alojamientos de la Patagonia se encuentran o en pueblo o en “estancias”, que son areas dedicadas a la agricultura y a la ganadería. Principalmente hemos visto estancias dedicadas a la cria de oveja y guanaco, son productores de lana de estos dos animales y venden toda la producción una vez al año directamente al mercado mundial, cotizando su precio en Dólar Americano.
La escasez de recursos y la falta de posibilidades de ampliar su infraestructura, debido a las fluctuaciones bancarias Argentinas, hace que los Patagónicos sólo vean posibilidades de diversificar sus actividades económicas orientándose de cara al turismo. De todos modos esta es una area todavía muy poco desarrollada turísticamente, por lo que tienen camino por delante.
La 1a etapa se caracterizó por la bajada de las montañas, carretera asfaltada con curvas en su inicio, con paisaje montañoso con picos nevados y mucha vegetación que poco a poco fue dando paso a montañas más bajas y a un paisaje propio de la estepa. Fue una etapa larga de 6hs + 1h de comida, donde nos empezamos a hacer con la manera de conducir de Patagonia: nos sorprendió varias veces ver a coches del carril contrario por nuestro carril… ¡hasta que nos encontramos con los baches! Eso no son baches, son propiamente agujeros que ocupan total o parcialmente la calzada!! Rápidamente entramos en la dinámica de conducir de Patagonia.
La 2a etapa era menos larga, pero queríamos realizar visitas a lo largo del camino, por lo que acabó siendo la más larga de todas. Desde Rio Mayo salimos hacia el pueblo Perito Moreno (nada que ver con el glaciar), en donde había un museo arqueológico sobre unas pinturas rupestres de unas manos encontradas en una cueva. Como queríamos ir a visitar la cueva y ver las pinturas, nos recomendaron pasar por el museo para tener más contexto.
A 70km de distancia desde Perito Moreno se encuentra la entrada a la carretera que lleva a la cueva de las manos. Nos metimos por una carretera de grava dificil, bajamos un cañón, lo subimos, y tras 28 km y 1h de recorrido llegamos a la plataforma para bajar a la cueva. Debo decir que la logística y servicios para visitar la cueva son excepcionales. Únicamente se pueden realizar rutas guiadas y en principio abre todos los días. Esperamos casi 1h, ya que el tour acababa de empezar y no llegamos a tiempo, visitamos la cueva, y continuamos con el recorrido.
En cuanto a la cueva tenemos sentimientos confrontados: creo que nos gustó mucho más el cañón que bajamos y subimos en coche, y el cañón del rio Pintura que la cueva en si. Los paisajes son en verdad espectaculares. Y la cueva, si que es interesante, aunque hay quien opina que no es real, lo cierto es que bastantes arqueólogos y antropólogos han pasado por la zona para estudiarla.
Salimos de la cueva a las 16h por la carretera de grava de 31km y llegamos al pseudo pueblo Bajo Caracoles 1h más tarde. La idea habría sido repostar, pero en ese momento estaban descargando combustible y nos dijeron que aún tardarían un buen rato más… ¡Así que continuamos! Total, no queda tanto y está todo asfaltado… ¿verdad? Además llevamos 40L de combustible en el techo de Josefina, ¡vamos bien! Siempre podremos repostar en Gobernador Gregores… “aunque el mapa no me cuadra” -dice Sergio.
El caso es que hemos ido conduciendo con Google Maps, y Google dice que la Estancia La Angostura se encuentra en la carretera 40, y más alla por una carretera de grava estaba el pueblito de Gobernador Gregores, con gasolinera. Y no nos cuadraba con un mapa de papel que nos dieron en una de las paradas, donde parece que la 40 se alarga hasta Gobernador Gregores… ¿pero entonces dónde quedaba exactamente nuestra estancia?
Bueno, pues a eso de las 18:30h lo entendimos todo: esa cara que se te queda cuando ves que la carretera a Gobernador Gregores es la “nueva” carretera 40, toda asfaltada, y que la carretera que tu tienes que coger es esa de grava “ex-40”, y todo esto sin haber repostado, con viento muy fuerte (¡como para abrir el cofre del techo del coche para sacar la gasolina!), con el sol bajando y con guanacos en los arcenes…
Llegamos al sitio sin haber necesitado la gasolina de los tanques y aún de día (por suerte aquí el sol se pone más tarde), pasamos una acogedora noche donde los dueños de la estancia nos hablaron de su historia y negocio, y al día siguiente nos fuimos al siguiente destino. ¡Pero verdaderamente pensamos que esta iba a ser la primera noche que dormiríamos en Josefina!
La 3a etapa se caracterizó por fuertes ráfagas de viento. Nuestro día empezó con 120kms de ripio que hicimos en unas tres horas de conducción hasta el pueblo Tres Lagos. Allí repostamos 70L de gasolina (el máximo que hemos repostado hasta ahora) y pudimos comer en la estación de servicio. En este tramo nos encontramos con fuertes canales de viento que en ocasiones parecían rios de arena en los tramos donde el paisaje iba dando paso a la estepa casi desértica. Fue una de las conducciones más difíciles de todo el viaje por la dificultad de la grava junto con el fuerte viento lateral, pero conseguimos llegar a la estancia La Leona bien.
La 4a etapa pensamos que sería más tranquila que las anteriores pero también tuvo su parte excitante. Desde La Leona condujimos tranquilos hasta El Calafate, el paisaje cambió de semi-desértico a montañoso, con cumbres nevadas e inmensos lagos. Aprovechamos para aprovisionar en El Calafate y continuamos hacia Nibepo Aike a 55km de distáncia por una carretera de ripio que decía “no transitar en caso de lluvia”. ¡No problem! ¡Hace sol! Pero va a llover esta tarde -me comenta Sergio. Define tarde – ¡le digo yo! A los 10 mins empiezan a caer las primeras gotas de agua… ¡Dale chicha que se nos inunda la carretera! -me dice Sergio.
Efectivamente nos llovió de camino, y nos encontramos con charcos que cubrían la calzada de lado a lado de los días pasados. Por suerte no eran tan tan profundos, y el barro no estaba tan húmedo, y Josefina pudo pasar sin problema.
Entramos al Parque Nacional de Los Glaciares y nos encontramos una estancia rústica bien cuidada: Nibepo Aike.
La Patagonia es un recorrido desafiante por sus temporales y por el estado de las carreteras, pero por todo lo demás es seguro. En general la gente que cruza Patagonia se preocupa por los otros conductores, y cuando paramos en los pueblos se interesan por nuestro recorrido, y se preocupan por que tengamos suministros de todo.
A lo largo de nuestro recorridonos hemos encontrado todo tipo de animales en la carretera, principalmente guanacos, que es un tipo de camélido propio de la Patagonia, pero también ovejas, caballos, vacas, choiques, que son un tipo de avestruz propio de Patagonia, y hasta liebres! En varias ocasiones vimos en el cielo cóndores andinos, ¡y por suerte en la estepa no nos cruzamos con ningún puma!
Cruzar la ruta 40 es una aventura que no tiene nada que envidiar a otras grandes carreteras históricas, y ahora estamos preparados para los kilómetros que nos vienen de subida, que no son pocos!