La cosmología Mapuche, tal y como nos explicó Pablo Calfuqueo, manager de Turismo Lago Budi, está plenamente relacionada con la naturaleza y los espíritus.
Los Mapuches se basan en la observación para llegar al conocimiento del cosmos. Este conocimiento se transmite de forma oral en el núcleo de la familia y en la comunidad.
Sus cuentos y leyendas (“Epew”) son otra fuente de conocimiento, y representan la experiencia real de vida de sus antepasados y son metáforas para el aprendizaje. Son realidades pasadas de la observación permanente de la naturaleza.
Otra fuente de conocimiento para los Mapuches son los sueños: son fuente de mensajes, pistas y conocimiento. Es una manera de comunicarse con sus seres espirituales superiores.
Las tres principales realidades cósmicas que identifican los Mapuches son las divisiones del “mundo” en tres grandes esferas:
- La tierra de arriba (el cielo) es el Wente Wenu
- La tierra de abajo (la superficie) es el Rangin Wenu
- La tierra interior (el subsuelo) es el Agka Wenu
El Wente Wenu es el espacio inmaterial, fuente y origen de lo bueno y las energías positivas, y es un lugar inaccesible para el hombre.
Creen en una gran familia de dioses o espíritus superiores, los Pu Gvenecen, quienes son la fuente y el origen de todas las cosas, incluido el universo. Son entidades creadoras superiores que se ven representadas en forma de una familia: anciano, anciana, hombre joven y mujer joven. Los ancianos representan la experiencia y sabiduría, mientras que los jóvenes son el presente, la procreación, y la persistencia o sostenibilidad en el tiempo. Ellos habitan el Wente Wenu o tierra de arriba.
El Rangin Wenu, o tierra de abajo, es dónde habitan los seres dependientes de los Pu Gvenecen, es decir, los hombres, y es un lugar de felicidad estática y permanente.
La superficie es el escenario de las energías positivas y negativas, es el centro del equilibrio cósmico, y es dónde se desarrolla la vida del hombre, la naturaleza y donde también habitan los espíritus.
Y el Agka Wenu o tierra interior es dónde permanecen los espíritus de los Mapuche, es la morada de sus antepasados o Pullu, y a diferencia de nuestra religión, no hay buenos ni malos (cielo vs infierno) sinó que todos vienen aquí indistintamente.
En este nivel inferior es donde se originan las energías negativas, que amenazan la estabilidad y la armonía natural. Este nivel se asocia a la inseguridad, oscuridad, lo desconocido.
El mundo Mapuche cree en la necesidad de lo positivo y lo negativo, y en la necesidad de encontrar un balance. Este enfrentamiento entre lo negativo y lo positivo sucede en la superficie, en el mundo de los hombres, consiguiendo así el equilibrio cósmico.
Un ejemplo de este enfrentamiento es el mito o Epew de la creación del mundo, donde la serpiente Kai Kai transformada en agua y la serpiente Chen Chen transformada la tierra luchan, creando así la tierra. Tienen el conocimiento de que cada 16.000 años surge una glaciación, y cuando surge este fenómeno aparece de nuevo la lucha entre el agua y la tierra.
Los mapuches conectan con los seres superiores mediante su espiritualidad, y viven la espiritualidad en 3 niveles:
- A nivel personal: son oraciones personales en el día a día, se pueden realizar en cualquier espacio y son de expresión libre.
- A nivel familiar: En acontecimientos como el año nuevo Mapuche (en Junio, donde celebran el solsticio de invierno) la familia se reune y tienen esta conexión espiritual a nivel familiar. Este tipo de conexión también se usa cuando uno de los miembros de la familia cae gravemente enfermo.
- A nivel organizacional: Es una rogativa mapuche a nivel de organización o varias organizaciones conjuntamente, como por ej. cuando realizan acciones de gracias por las bondades de la madre tierra.
Los valores o filosofía Mapuche se centran en el concepto del “Buen Vivir”, con sus 4 componentes:
- La persona puede generar ingresos, pero la intención no es acumular riqueza, sino tener suficiente como para vivir bien.
- La persona debe gozar de buena salud física y mental.
- Es necesario que el entorno social también esté bien. Viven en comunidades y se preocupan por el bienestar de la comunidad. En la misma línea, también deben estar bien en su entorno natural.
- La persona debe estar espiritualmente bien.
Su cosmos se compone de 4 tirantes, que vendrían a representar los 4 puntos cardinales, con la diferencia de que para ellos el punto cardinal superior es el Este. Y entre estos 4 tirantes se ubican las 4 estaciones.
Para el mundo Mapuche el número 4 es muy importante: 4 miembros espírituales, 4 en la familia, 4 tirantes, 4 estaciones, etc. Y no tienen concepto estático sinó cíclicos, con una visión holística, circular. Este concepto de los 4 tirantes y del número 4 está representado en su bandera.
Con respecto a la naturaleza tienen unas creencias y misticismo particular: tienen un gran respeto a los espacios naturales. Los volcanes, y la naturaleza en general son seres vivos que, al haber sido creados por los espíritus superiores, deben ser respetados. Creen que cada area y ecosistema tiene un espíritu propio, que es su dueño, al que los hombres piden autorización o permiso cuando necesitan intervenir, por ej. al caminar por senderos, trabajar el campo, recoger hojas o ramas de los arboles, etc. Es una conexión espiritual de tipo personal.
Su medicina tradicional está muy relacionada con la naturaleza y consta de 4 componentes:
- El Hombre
- La relación del hombre con el entorno natural
- Su relación con el entorno social
- Su espiritualidad
Los médicos o Machis no ejercen por vocación sinó que son elegidos por los seres espirituales superiores. Generalmente esta elección se revela mediante sueños reiterativos, con mensajes espirituales, o affecciones o enfermedades sin un diagnóstico claro. Ambos sueños y afecciones desaparecen cuando la persona acepta el cargo, o persisten mientras la persona rechaza el rol. Esta elección se produce entre las edades 10 y 24 años, aunque han habido excepciones.
Una vez la persona acepta el rol, empieza el estudio de la medicina:
Este conocimiento se inicia desde el entorno social, ya que toda la comunidad Mapuche tiene conocimientos generales de medicina y son temas de conversación en el entorno familiar cotidiano.
Y por otro lado, se inicia un aprendizaje y formación con una experiencia consolidada. El aprendiz de médico se interna en el lugar en donde vive el maestro hasta completar el proceso de aprendizaje, que dura entre 6 y 8 años, dependiendo de la madurez del estudiante.
Finalmente, las personas que han sido llamadas a este rol siguen recibiendo conocimiento mediante sueños, aunque no todos los sueños generan conocimiento. Los Machi son los que interpretan estos sueños.
Una vez la persona empieza a trabajar en la medicina dispone de 4 métodos para diagnosticar:
- El método principal es la observación de la persona interna y externamente.
- Mediante la observación de la vestimenta también pueden llegar a diagnosticar una afección.
- Observación de una muestra de orina, aunque no se realiza ningún tipo de análisis. Tampoco se realiza ningún tipo de análisis de sangre.
- Para enfermedades muy graves tienen un procedimiento llamado Machi Tun, que se inicia con una conexión espiritual familiar, el médico entra en trance donde puede visualizar la enfermedad y entregará un reporte oral a la familia. Y en esta ceremonia deberá haber un animal, ya que al finalizar la cermonia, la enfermedad trascenderá al animal, que posteriormente será sacrificado y al que se le realizará una autopsia para verificar la enfermedad.
En la cultura mapuche los tratamientos de las enfermedades se realizan mediante infusiones herbales o mediante acompañamiento espiritual. Los machis son, al final unos curanderos equivalentes a los druidas de la cultura celta, que con un amplio conocimiento de la medicina natural intentan mantener la salud de su pueblo.
En definitiva, la cultura mapuche ha conseguido mantenerse viva a pesar de los múltiples intentos del mundo occidental a través conquistas y de cristianización. Han conseguido mantener la independencia de sus poblados y continuar transmitiendo su cultura a través de la voz en sus familias y comunidades. A pesar de estar en continua lucha con los gobiernos para conseguir más autonomía y capacidad de decisión (como por ejemplo para ayudar a mantener su lengua), es gracias a iniciativas como la del Lago Budi y a su fuerza por mantener las tradiciones lo que hace que ésta continue.