No es ningún secreto que todo viajero siempre tiene a mano una Lonely Planet del país al que viaja. Una suerte de guías que durante muchos años han ayudado al mochilero a encontrar su camino por países donde quizá es más complicado orientarse, saber qué es lo interesante o dónde encontrar alojamiento barato.
Las guías además cuentan con secciones de historia, cultura e incluso idioma que hacen que el viajero interesado pueda conocer un poquito más de dónde va incluso antes de llegar (aunque lo cierto es que la mayoría no se interesa por estas partes del libro). Y lo más interesante, sus recomendaciones de restaurantes, hostales y actividades para hacer, supuestamente de calidad, y preparadas para que un “western” como nosotros pueda seguir sus consejos.
Aparentemente sus reporteros evaluan cada uno de los sitios que colocan en la guía y dan una visión objetiva de lo que nos vamos a encontrar y si merece la pena o no visitarlo. Hasta aquí la idea está bien.
Sin embargo las guías cada vez tienen menos calidad, y su “sello de confianza” va perdiendo puntos a cada página. Los resúmenens de los hoteles son en ocasiones los mismos “Sitio limpio y con staff simpático”, para encontrarnos con lugares llenos de mierda y gente muy lejos de ser amable. O lo que es peor, guías actualizadas solo para cambiar la portada y el número de la editorial, pero que luego por dentro siguen siendo exáctamente iguales.
El viajero experimentado sabe que no todas las guías son iguales. La de India está considerada como una de las mejores, mientras que las de Malasia o Indonesia dejan muchísimo que desear. Al fin y al cabo hay que verlo como un negocio que se ha vendido completamente, y que ahora mismo se centra mucho más en su mercado online (reservas y venta de PDFs por capítulos) que en las propias guías que el viajero va cargando en la mochila.
Hasta aquí no hay problema. Si somos conscientes, lo tenemos en cuenta y listo. Si sabemos de qué pie cojean podemos saber con qué punto de vista mirar sus comentarios. Pero el problema es que siguen siendo una autoridad en el mundo de los viajes y sus comentarios pueden llevar a mucha gente a tener malas experiencias (después de durante mucho tiempo llevarles a tener buenas!).
La última ha sido sus recomendaciones para el 2011, en concreto su Top 10 de recomendaciones de regiones para el año, donde han incluido toda una suerte de lugares, desde Sinai a la Gran Barrera en Australia (un clásico). La cuestión es que han incluido las islas Gili en Indonesia. Un sitio que no está mal, pero solo desde un punto de vista muy concreto (ya hemos comentado en este blog todos sus pros y contras). Y este sitio, está muy lejos de ser un top 10 del mundo. Así que yo me pregunto: ¿Qué tipo de interés tiene Lonely Planet en promocionar este destino?
Que cada uno saque sus propias conclusiones, y siga usando las guías si quiere. Mi consejo: no os fiéis de sus comentarios, ni las sigáis en vuestros viajes a rajatabla. Usadlas solo como “directorio”, y para leer las secciones de historia y cultura, que son las que merecen la pena. Yo no pagaría los 30€ que cuestan algunas guías. Sin embargo, pequeño consejo: Buscando un poco es posible descargarlas todas de internet, a precio de bittorrent :)
Puedes ver su artículo aquí: Top 10 destinations for 2011.
Completamente de acuerdo. NO puedo entender que a la vista de estas experiencias que todos hemos sufrido sigua siendo la guia que todo traveller lleva en su mochila. En fin yo ya compré mi ultma Lonely Planet hace tiempo. Y por cierto con treinta € no compras muchas guias.