Fiji es un país sorprendente a la vez que polivalente. Sólo su nombre nos evoca el paraiso: su cara más famosa es la turística, esa que enseña playas idílicas y resorts 5 estrellas con todas las comodidades posibles. Pero Fiji no es sólo playas paradisíacas, sino que ofrece mucho más.
Originalmente colonizada por los británicos, su nombre proviene de una confusión: James Cook las divisó desde su barco Endeavour preguntó a los nativos de Tonga cuál era el nombre de estas islas. Ellos respondieron “Veetee” (el nombre real es “Viti”), James Cook entendió Fiji y así se ha llamado hasta la actualidad.
Fiji se compone de una isla grande (Viti Levu), que alberga la capital, Suva. Una isla más pequeña (Vanua Levu) al norte, una tercera isla relativamente más pequeña y más remota al sur (Kadavu), y alrededor de 330 islas más en un área total de 1,3 millones de metros cuadrados en medio del Pacífico.
Su etnia local es la Fijiana, pero no se podría imaginar Fiji sin los Indo-Fijianos. Inicialmente traídos desde la India por los británicos como mano de obra barata en los campos de algodón y caña de azúcar, esta etnia ha sabido abrirse camino en tierras extrañas, y en la actualidad controlan gran parte de comercios y negocios de Fiji. Todo ello ha producido numerosos problemas de integración social, dos golpes de estado y desestabilización social. Actualmente Fiji vive un estado militar itinerante, hasta las próximas elecciones previstas para el 2014. Este cambio de gobierno ha generado muchas críticas a nivel internacional, el cierre de fronteras de Nueva Zelanda, y la retirada de fábricas importantes como RipCurl y Billabong. Esta perspectiva internacional de estado militar resulta relativamente negativa, pero hablando con locales y expatriados de Nueva Zelanda y Australia ellos consideran que es un cambio positivo para Fiji.
Aparentemente el presidente militar actual, Frank Bainimarama, es una persona formada en el extranjero con una idea clara de desarrollo para el país. La presencia militar (sonriente!) en Suva y Nadi ha conseguido crear tranquilidad social y una reducción drástica del crimen en estas ciudades. Sus acciones sociales están poco a poco construyendo una sociedad estable, multicultural y eficiente, preparando así al país para la futura democracia en el 2014.
Gracias a la plataforma CouchSurfing tuvimos la oportunidad de convivir con una familia Fijiana en su casa durante 3 días. La experiencia de convivir con una familia de 10 miembros en la misma casa fue increíble a la vez que todo un reto. Los miembros de la familia con empleo acogen en casa al resto de miembros están buscando trabajo, creando lo que llaman familias extendidas. Nuestro anfitrión, Save, agente de turismo en Nadi, casado y con dos niños, alberga en su casa a su hermano mayor, Simon, que recientemente se mudó a Nadi en busca de trabajo; a su hermana Ursula con sus hijos, para que tuvieran mejor acceso a las escuelas y al trabajo; y a su hermano menor y su mujer, mientras estos construían su casa en Nadi. Entre ellos todos se ayudan de una u otra manera: los que no trabajan cuidan de los niños, preparan las comidas, etc. todo con el reto de sacar la familia adelante.
Todavía hay un alto porcentaje de Fijianos que viven por debajo del umbral de pobreza (menos de 1 $/día) por lo que queda un largo camino por recorrer, desde la construcción de infraestructuras para toda la población, construcción de casas en condiciones de habitabilidad, etc.
Aún así Fiji es un gran país para visitar: disfrutar de sus playas increíbles, a la vez que conocer su cultura tradicional.
Por lo que veo, es un país de contrastes. Los hoteles de lujo junto con la población viviendo con menos de 1$ día.
¿Que tal lo lleva la población de a pié?. ¿Tienen cubiertas sus necesidades esenciales: alimentación básica, hospitales, enseñanza, …? ¿Que opinan del turista que se deja en un día lo que ellos ganan en un año?
Importante. A pesar de todo esto, ¿la gente es feliz?
Si es posible me gustaría que comentarais algo de esto. Gracias.