Uno de los grandes objetivos de nuestro viaje es conocer nuevos modelos educativos. Descubrir proyectos innovadores, disruptores o simplemente transformadores liderados por personas que, como nosotros, piensen que el modelo educativo actual debe cambiar.
No es extraño hablar de estos temas en sociedad y escuchar a alguien decir “Yo estudié así, y he salido bien”. O simplemente ningunear o ridiculizar a los “Milenialls”, asumiendo que el problema está en que no quieren trabajar o esforzarse. Si bien todas las opiniones son válidas y respetables, creemos que éstas últimas están formadas por paradigmas que ya no son válidos. Las personas que tienen estas opiniones habitualmente llevan trabajando varias décadas en la misma posición, y no han modificado en exceso su labor. Han trabajado duro y luchado durante su vida para crear el presente que tenemos ahora mismo y eso es loable. Sin embargo las mismas ecuaciones no funcionarán en un futuro (o presente) donde lo que tenemos que aplicar en nuestro trabajo ha cambiado completamente.
Una de nuestras presentaciones empieza con el primer párrafo de Ivan Illich, un libro publicado a principios de los 70 pero que establece claramente que la necesidad del cambio no es nada nuevo.
“Many students, especially those who are poor, intuitively know what the schools do for them. They school them to confuse process and substance. Once these become blurred, a new logic is assumed: the more treatment there is, the better are the results; or, escalation leads to success. The pupil is thereby “schooled” to confuse teaching with learning, grade advancement with education, a diploma with competence, and fluency with the ability to say something new. His imagination is “schooled” to accept service in place of value. Medical treatment is mistaken for health care, social work for the improvement of community life, police protection for safety, military poise for national security, the rat race for productive work. Health, learning, dignity, independence and creative endeavour are defined as little more than the performance of the institutions which claim to serve these ends.”
Al mismo tiempo, hace unos días publicaban en El Mundo una supuesta carta de una niña de 13 años sobre el sistema educativo. Donde explicaba sus preocupaciones por el sistema al mas puro estilo Greta Thunberg.
Reproduzco el texto:
“Nos duele que el sistema educativo fuera diseñado hace tanto tiempo, en una sociedad tan distinta a la de ahora, y que casi nadie se proponga cambiarlo. Nos duele también que los adultos que se acuerdan de lo mucho que sufrieron en su infancia por las obligaciones impuestas por ese mismo sistema, por los castigos o los gritos de una autoridad que supuestamente enseña y que todos sabemos que normalmente sólo obliga a memorizar, no hagan nada. Además nos duele que a los menores no nos tomen en serio. Que sólo por haber existido en este mundo por menos tiempo que los adultos, tomen todas nuestras ideas como equivocadas. Nos duele que por eso mismo no podamos contribuir para conseguir cambiar problemas que nos afectan a nosotros. Y que la única gente que podría hacer algo, no lo haga, por haber ya pasado por ese tiempo, porque no les va a pasar a ellos, por haber sobrevivido ya. Porque no les importa.
Nos duelen muchas cosas. Que la gente al leer esto, piense durante unos minutos que tenemos razón y después que no ayuden. Porque sí que necesitamos ayuda. Nosotros solos no podemos hacer nada. Ni siquiera podemos salvarnos individualmente a nosotros, porque todos los centros innovadores o con metodologías distintas o están demasiado lejos o son demasiado caros.
Sabemos que posiblemente sonemos muy dramáticos ahora mismo. Sin embargo, es horrible saber que hay opciones mejores para institutos y colegios, pero no podamos tener esas opciones. Es terrorífico acordarse de los años que nos quedan sufriendo para luego tener la carrera universitaria que además de ser un sufrimiento incluso más extremo, cuesta mucho dinero. Es vergonzoso pensar que vivimos en una sociedad en la que para “aprender” debemos estar seis horas diarias sentados, escuchando a un profesor o una profesora leer teoría de un libro para que los alumnos se lo memoricen y luego lo vomiten todo en un examen. Y que además, después de esas seis horas, tengamos otras dos de deberes, haciéndonos no poder descansar, ¡ni en las vacaciones! Pero lo más vergonzoso es que nadie considere ni por un segundo que haya que cambiar eso.
Aún hay muchos problemas más con el sistema y con cómo son excluidos los menores de la sociedad. Están los exámenes y las notas, hechos para afirmar que alguien es mejor o peor de lo que debería ser o de lo que son sus compañeros. Cómo está todo basado en una sola inteligencia, cuando todos conocemos que existen muchas, que la gente no aprende de una sola manera. La diferencia de poder entre los alumnos y el profesor o la profesora. Que aprender en centros educativos sea dado como una obligación, cuando debería ser algo por lo que las personas quieran pasar y que además se adapte al alumno para que no sea presionado por el tiempo o por lo que debería saber.
Todos hemos aprendido muchas cosas divirtiéndonos y fuera del colegio o instituto, y además conocemos muchos modelos de sistemas educativos correctos. Por eso sabemos que un cambio a mejor sería posible con vuestra ayuda porque como dijimos antes, no podemos solos. Y necesitamos ese cambio porque otra cosa que nos duele es soñar con un futuro mejor, pero decepcionarnos al tener a la realidad sacándonos de ese sueño y recordándonos que ese futuro nunca existirá”.
Aunque no han faltado haters y trolls al respecto. Gente que asume directamente que la noticia o el texto es falso, o que de ser cierto se lo han dictado sus padres. Pero ¿Y qué importa eso? ¿No es acaso necesario un cambio en el modelo educativo? Más presupuesto para los héroes que están cada día en las aulas. Que quieren innovar y mejorar, que necesitan clases más pequeñas y adaptables a las necesidades de cada niño.
No es un debate sobre escuela pública o privada, sino sobre cómo entendemos la educación como sociedad.
Nosotros solos no podemos cambiarlo, pero a lo largo de los próximos meses esperamos poder enseñar aquí opciones distintas a lo que se hace hasta ahora “solo porque es lo que hemos hecho siempre”. Nosotros podemos cambiar la educación que damos a nuestras hijas a base de ser nosotros mismos parte activa de esa educación, de enseñarles mundo que de otra manera sería difícil que vieran y de abrir su mente a base de empatía, inteligencia emocional, arte, música, etc.